FORJANDO TU KUNG FU


BY JACOBO MARROQUÍN

En la práctica de Kung Fu, es pensamiento común querer aprender las Formas y técnicas lo antes posible. Y una vez aprendidas éstas, el alumno desea aprender la que sigue y la que sigue, olvidando profundizar lo ya aprendido.

Al entrenar y dar clase, he visto con frecuencia en la cara de algunos alumnos, el tedio de entrenar sus Formas y sus técnicas una y otra vez.

Por ello he decidido hacer este escrito, para trasmitirles el espíritu del Kung Fu en relación a la práctica constante. Está basado en historias antiguas que ilustran precisamente sobre el crecimiento de una persona en el Kung Fu.

Para forjar una espada primero el forjador toma un pedazo de metal el cual es pasado por el fuego para ser martillado posteriormente. Pacientemente golpea la pieza metálica para irle dando forma.

Toma mucho tiempo pasar por el fuego, por el agua y martillar el metal, doblarlo y doblarlo y repetir todo el proceso completo hasta irle dando forma y que finalmente aparezca la espada.

El Kung Fu es similar a la forja de la espada. Se requiere de ardua labor para entrenar y entrenar tanto las Formas como técnicas una y otra vez, reflexionarlas y entrenarlas de nuevo de manera diligente.

Toma miles de veces repasar, corregir, perfeccionar y entender los pequeños detalles para que un practicante de Kung Fu aprenda a nutrirse de ese conocimiento y llegar a la maestría en su práctica.

Entrenar en tus Formas te dará primeramente fluidez. La fluidez te enseñará a como mantener un lenguaje en el combate. Esto es, que te dará la capacidad para combatir sin parar. A llevar a cabo una serie de movimientos fluidos hasta acabar a tu oponente.

En segundo lugar, las Formas te enseñan a coordinar movimiento de las cuatro extremidades al mismo tiempo. Dado que es necesario aprender el balance de una buena postura y la rapidez del desplazamiento mientras tus brazos se mueven para defender y atacar.

Las Formas te darán también condición física para que puedas aguantar durante el combate. Esto dependerá de la constancia e intensidad con que entrenes tus Formas.

Asimismo, al hacer la Forma entras en combate con un enemigo imaginario.

En síntesis todo esto es lo que tus Formas te enseñarán: balance, respiración, flexibilidad, fluidez, coordinación, condición física, trabajo subconsciente.

La espada por sí sola no sirve de nada. Si después de echa no se entrena con ella con conciencia, ésta se oxidará por la falta de uso. La espada es a su portador y no al contrario.

Uno de mis maestros solía decirme: “Trabaja más en lo que se te dificulte más”. Siempre he llevado ese consejo conmigo.

En el Kung Fu, si después de aprender las Formas y técnicas se guardan en el olvido, tu sistema no te servirá de nada, estará igualmente oxidado y no podrás nutrirte de él para mejorar tu cuerpo y organismo, tener una mejor mente, tanto para el combate físico como para el combate de la vida diaria; en el cual tú serás tu propio maestro para convertirte en un mejor ser humano. Un ser humano que mejore a la creación con su presencia.